“No puedes superar la dislexia, puedes esforzarte para que funcione a tu favor, pero nunca se irá. Y esto es probablemente algo bueno, porque si se fuera la dislexia, también se irían los dones asociados a ella”.
Beryl Benacerraf, reconocido médico radiólogo.
La dislexia es una Dificultad Específica de Aprendizaje (DEA) de origen neurobiológico, caracterizada por la presencia de dificultades en la precisión y fluidez en el reconocimiento de palabras (escritas) y por un déficit en las habilidades de decodificación (lectora) y deletreo. Estas dificultades son consecuencia de un déficit en el componente fonológico del lenguaje y se presentan de manera inesperada ya que otras habilidades cognitivas se desarrollan con normalidad y la instrucción lectora es adecuada. IDA, 2002; Lyon, Shaywitz y Shaywitz, 2003.
Tradicionalmente la dislexia se ha definido por los déficits en el lenguaje escrito, pero existen estudios actuales que también se han centrado en las fortalezas detectadas en las personas con dislexia. Por ejemplo, un estudio del Cass Business School de Londres observó que el 20% de los empresarios del Reino Unido y el 35% de los fundadores de empresas en los Estados Unidos tienen dislexia. Algunos emprendedores con mucho éxito tienen dislexia como el chef Jamie Oliver o el fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, o Richard Branson fundador de Virgin Group.
Las personas con dislexia son creativas, intuitivas, con un pensamiento “out of the box”, por lo que tienen habilidad para plantear soluciones novedosas, innovadoras.
En los disléxicos el pensamiento en imágenes es de 400 a 2000 veces más rápido que el pensamiento verbal, y no sólo eso, también es más completo y profundo, ya que una imagen siempre se ajustará más fácilmente o lo que quiera expresar o significar una palabra.
Hay un gran número de mentes destacadas en distintas materias que han tenido dislexia. Desde científicos como Albert Einstein y Thomas Edison, a artistas como Leonardo Da Vinci o Walt Disney. No fueron genios superando su incapacidad, lo fueron gracias a ella, así que en ocasiones la dislexia puede ser un talento que se manifiesta de menor o mayor manera en la gente.
Las personas que razonan de forma visual pueden darte la respuesta de ejercicios matemáticos sin llegar a usar ni lápiz ni papel, y los resuelven sin la necesidad de seguir el proceso convencional. Einstein llegó hasta la teoría de la relatividad súbitamente, como si fuese una intuición cuando en realidad es una forma muy desarrollada de razonamiento que para otros es muy difícil de entender.
El pensamiento de los disléxicos usa todos los sentidos para conocer el entorno y funciona con más rapidez que el de otras personas, lo que provoca que los que quienes tienen dislexia tengan más curiosidad por lo que ocurre a su alrededor. Si esta habilidad no se inhibe desde el exterior, puede llegar a producir una gran capacidad creativa.
Este es un caso muy curioso y no suele darse muy a menudo, pero algunas personas bilingües han demostrado tener síntomas de dislexia en uno de los idiomas que dominan, mientras que en el otro no tienen ningún problema para leer y escribir. ¡Qué suerte! este es el estudio.
Las redes de conexiones neuronales que conforman los circuitos lingüísticos no están ordenadas correctamente. Los errores neuronales se presentan en los lóbulos temporal, parietal y frontal izquierdo de cerebro, actualmente existen programas de ejercicios clínicos para tratar la dislexia que permiten estimular los módulos cerebrales dañados. Yo suelo utilizar CogniFit en la intervención y la verdad es que se nota cómo los peques mejoran sus destrezas, prometo escribir en breve un post dedicado este programa.
Las personas que padecen dislexia no son menos inteligentes, simplemente tienen una disfunción estructural en una determinada red nerviosa, en un determinado módulo independiente, que les impide procesar la información y acceder a ella normalmente. Este déficit en las conexiones neuronales que procesan el lenguaje afecta sistemáticamente al aprendizaje porque dificulta la lectura, escritura y en general, la descodificación fluida de cualquier símbolo.
Es paradójico que la dislexia no esté ligada a la inteligencia, en cambio estudios demuestran que sí está asociada al fracaso escolar y a mayores tasas de desempleo. Muchas veces esta patología sigue confundiéndose en el cole con falta de esfuerzo o de interés. Cuando un alumno no obtiene buenos resultados en el aula, lo más cómodo es pensar que es porque no se esfuerza, porque es vago, inmaduro, porque no quiere trabajar en casa, o porque no le interesa estudiar. Y aún más grave si cabe, esta dificultad también se puede atribuir a una falta de capacidad, o dicho más vulgarmente, a que el niño “es tonto”. Apenas existen implantadas estrategias de detección precoz durante el proceso escolar, de modo que es probable que el sistema haya conducido a muchas personas con dislexia a creerse a que son menos válidos que el resto, peores estudiantes y menos inteligentes.
Un dato bastante curioso y triste, sobre todo, teniendo en cuenta que este estudio publicado por Eurostat determina que España tiene el índice de abandono escolar más alto de toda la UE. ¡Un 21.9% de nuestros jóvenes abandona el colegio! (Este porcentaje duplica la media Europea 11,1%). Si se implementasen estrategias de detección precoz de la dislexia en el aula. ¡Podría reducirse el abandono escolar nada menos que un 40%!
Hay estudios que afirman que la dislexia es una patología bastante común entre los delincuentes, los porcentajes de prevalencia varían dependiendo de la investigación, pero se determina que alrededor del 30%-48% de los presos ¡Es disléxico! ¿Y esto a qué puede deberse? Ya hemos hablado antes de que el sistema de educación actual puede conducir a muchos niños con dislexia a creerse menos válidos, menos inteligentes y más torpes que el resto. Una vida llena de fracasos, incomprensión, estrés y esfuerzo no recompensado puede determinar nuestra etapa adulta de forma crucial.
Una curiosa investigación publicada por el grupo Tulip Financial Research y publicada en el dominical ‘The Sunday Times’ determina que para ser rico no tienes por qué ser disléxico, pero que sin duda, ser disléxico ayuda. ¿Cómo es posible? Muy fácil esto es debido a que las personas con dislexia se enfrentan a muchas dificultades a lo largo de su infancia y quién logra sobreponerse a ellas y desarrollar estrategias de pensamiento alternativas puede convertirse en una mente brillante. Así que ya sabéis, no dejéis de practicar estos ejercicios y juegos para superar la dislexia.